Fey y El Castillo Encantado

"...dejame vivir este sueño... el mejor que he tenido..."


De pronto un sonido rompió el silencio. Tum… tum… los latidos de un corazón delataron a un visitante. Mientras el estridente ritmo se acercaba, Fey lo vio…
Un Principito Alado que recorría el mundo en busca de amor. Unas palabras llenaron el ambiente… “ni mejor ni peor que nadie… tan solo diferente…”
¡-diferente! ¡Yo también soy diferente! Tal vez seas tú… lo que busco… lo que siempre desee…-
El sol iluminaba radiante sus bellos ojos multicolor, y en ese arco iris de miradas, Fey conoció el amor. Y fue especial…
Alado había recorrido el universo buscando a su amor. Y en su recorrido amó, vivió, aprendió y llego justo a tiempo para rescatarla del río. Él le enseño la necesidad de seguir a nuestro corazón y Fey aprendió a luchar por ser como en sus sueños. Y soñaron juntos…
Él la llevaba en sus brazos para mostrarle lo que es volar. Y aprendieron que cuando algo te importa, no importa absolutamente nada. Y Fey se sintió en las nubes… sin embargo…

-¿qué ocurre, bonita?- preguntó Alado un día.
-me siento vacía… hay algo en mi alma… necesito saber quien soy… buscar mi sentido…- contestó.
-déjame acompañarte… hasta el fin del mundo si es necesario-
-lamentablemente este viaje, Divino, tengo que hacerlo sola. Tal vez somos diferentes. Tu perteneces a las alturas… un lugar al que yo no puedo llegar…- dijo el hada, agachando la cabeza para ocultar una lágrima.
-pero no es así… no entiendo…- dijo Alado.
-si te quedas conmigo- contestó- si decides sufrir lo que me toca sufrir para poder crecer, no haré más que lastimarte. Lo siento, pero hay cosas que debo aprender antes de vivir este sueño-

Fey dio media vuelta y Alado la dejo ir… por su propia cuenta.

“El Amor es un hermoso sueño… cuando algo me importa, no importa absolutamente nada más”